Imparable avanza, silenciosa e implacable una luz, una vibración se va colando por cualquier mínimo resquicio. Apenas se nota ¡Tan sutil es! … y ¡Tan poderosa!
Mientras, la vida transcurre con sus quehaceres que parecen ajenos a lo que está ocurriendo en sus entrañas, cada gesto, cada palabra, cada acontecimiento pequeño o grande… todo va siendo impregnado de sentido, aún en el olvido, aún en la ceguera de muchos. Hasta la resistencia cumple un papel imprescindible. Y el velo se debilita, surgen vislumbres que apenas podemos contener ¡Tanta es la grandeza!
Y sin saber por qué, un día siento que empuja dentro algo muy intenso que no se puede definir y entonces se me muestra, como si mis ojos quedaran limpios y por fin pudieran VER y miro a mi alrededor…. ¡Tantas personas! ¡Tanto dolor! Y… ¡Tanto Amor!
Y ¡¡VEO!! …
Veo la grandeza disfrazada de carencia, el coraje vestido de sumisión, veo almas grandes por todas partes encerradas en cuerpos pequeños, en historias pequeñas y siento la necesidad de inclinarme ante ellos en un profundo acto de reverencia, de reconocimiento y de agradecimiento.
Hoy solo quiero juntar mis manos y bajar mi cabeza ante ellos, ante ti, sin palabras.
Gasho, Matilde, me ha encantado! Gracias por tus palabras, por VER bajo estas apariencias del mundo. Un abrazo
¡TANTO AMOR!
gracias, gracias, gracias
Cuán sutil y cuán poderosa es esa «luz», esa energia… a veces invisible, a veces pura presencia, que nos envuelve y nos mueve…con tanta precisión y tanta elegancia. Qué gran regalo poder ser testigo de ello y qué maravilla poder leer estas líneas que nos ayudan a situarnos de nuevo en el «centro».
Gracias Matilde, una vez más.