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Desde tiempos inmemoriales somos súbditos del miedo, esa emoción asociada a la idea de pérdida, de muerte, de desaparición. ¡Cuánto sufrimiento ha generado el miedo a lo largo de la historia!
El miedo sólo existe en el tiempo, siempre tiene sus raíces en la incertidumbre del futuro, en la previsión negativa. Miedo a quedar mal, a enfermar, a no ser reconocido, a no ser querido, a perder lo que tengo, a no conseguir lo que deseo, a la muerte… Es la emoción que rige la conciencia de separación.
Se dispara ante lo que se considera una amenaza, y toda amenaza no es más que un mal potencial, una idea del futuro.
Observa cuando aparezca el miedo, míralo, con apertura, con ecuanimidad ¿Qué temes? Jamás encontrarás una respuesta asociada al presente, te surgirán posibilidades futuras o recuerdos de experiencias pasadas. Sin embargo, la emoción “miedo” ocurre ahora y te condiciona este momento, lo único real, de manera que estableces la relación con la vida desde el miedo.
El miedo es la otra cara de la confianza. La necesidad de controlar genera el miedo a perder el control.
En tiempos de cambios, la incertidumbre se hace más evidente. Se utiliza el miedo para controlar y oprimir, (campaña de la gripe A, la amenaza de una guerra nuclear, posible ataque terrorista, “si cae este sistema económico será la hecatombe”…..)
Es tiempo de que empecemos cada uno de nosotros a liberarnos de la dictadura del miedo. Ábrete a los cambios y desarrolla CONFIANZA, el miedo desaparecerá por falta de alimento, no esperes a no tener miedo para tomar decisiones valientes, el momento es AHORA, en tu vida, en cada instante, AHORA y otra vez AHORA, decide con miedo (si lo tienes) pero no desde el miedo.
¡¡CONFÍA EN EL PROCESO DE LA VIDA!!