William Ury, en su libro “Obtenga el sí consigo mismo” dice: “Con el estallido de la segunda guerra mundial y el advenimiento de la bomba atómica, Albert Einstein planteó lo que según él era la cuestión más importante para todos nosotros: “¿El universo es un lugar cordial?”. Ésta -declaró Einstein- es la primera y más básica cuestión que todo el mundo debe plantearse a sí mismo.”
Continúa diciendo más adelante Ury: “Según sea nuestra respuesta, nos comportaremos de manera diferente y es probable que nuestras interacciones tengan consecuencias diametralmente distintas”.
El mundo necesita otra mirada, necesita ser visto de otra manera, cambiar de perspectiva, mirar desde otro lado (que no es lo mismo que mirar hacia otro lado).
Todo lo que nos llega a través de la llamada “información” está contado por gente que a la pregunta de Einstein responde con un “no”, dan por hecho que el universo no es un lugar cordial y por tanto las interpretaciones, las respuestas y las acciones se ajustan perfectamente a esa visión, la eterna historia de hostilidades, de vivir oscilando entre atacar o defenderse.
Y no es que en el mundo no estén ocurriendo cosas terribles, claro que están ocurriendo, es la consecuencia de sentirse separado, de creer vivir en un mundo escaso y hostil, pero el modo de contarlas y de tratarlas puede ser muy distinto si se miran desde otra posición.
Es necesario cambiar la creencia profunda de que si uno gana siempre hay otro que pierde, por la creencia, como dice Ury, de que siempre hay una posibilidad en la que todos ganan.
En el mundo hay sitio para todos, la naturaleza es abundante, no hay más que mirar. La VIDA siempre es profundamente afirmativa, nunca va en contra de sí misma, lo que muere en un sitio, sirve de sustrato creador de vida en otro, todo es una interacción de apoyo, un darse que redunda en un bien común.
Hoy traigo la invitación a hacernos esta pregunta y a responder a ella con responsabilidad, porque la manera de manejar las situaciones externas son el resultado de nuestro modo de ver la vida y de situarnos en ella.
Si creemos que vivimos en un universo hostil, viviremos en clave de hostilidades y estableceremos relaciones en el terreno inestable de la desconfianza.
Por el contrario, tener una confianza básica en que la vida está de nuestra parte, aún en la adversidad, nos ayudará a vivir de una manera más cooperativa y más creativa.
Casi todos, por no decir todos, tenemos experiencias que en su momento nos parecieron totalmente injustas, por el dolor, la oscuridad o la sensación de desastre que vivimos y después, mirándolo con la perspectiva que da el tiempo, no podemos sino agradecerlo por todo lo que nos ha aportado y porque gracias a ello hemos podido vivir muchas otras cosas que de otra manera no habría sido posible.
Cada uno de nosotros está viviendo unas circunstancias concretas, algunos estarán viviendo un momento dulce, otros amargo, otros luminoso, otros oscuro, unos pueden estar viviendo grandes comprensiones mientras otros están sumidos en la confusión… Sea cual sea la circunstancia particular, podemos hacernos la pregunta de Einstein y decidir qué respuesta queremos dar.
No estamos solos, todos participamos de una experiencia común, tu claridad no es sólo tuya y mi oscuridad no es sólo mía, somos una unidad viviendo esta aventura y existe una conexión, una continuidad, una unidad con todo y con todos que si lo vislumbramos nos hará comprender eso que decíamos de que la vida siempre está de nuestra parte incluso en la adversidad y como consecuencia a la pregunta de Einstein podremos contestar con un SI inequívoco : el universo es un lugar cordial.
Aunque no armen ruido, hay muchas personas que responden “SI” a esa pregunta y son ellas las que sostienen el mundo.