NAVIDAD

Si en verano las energías nos llamaban a la acción, a salir fuera, y en otoño nos invitaban a mirar dentro, la energía de Navidad nos empuja al encuentro, y los encuentros no siempre son gozosos, a veces reavivan viejas heridas o despiertan resentimientos, tal vez por eso la Navidad no deja a nadie indiferente, están los entusiastas y los detractores, según sus encuentros sean más o menos felices, y están los nostálgicos que quedaron atados a encuentros del pasado y ahora sólo viven su ausencia.

Tal vez si nos diéramos cuenta de que lo valioso es el encuentro en sí mismo, las cosas serían distintas. Más allá de la forma que adopte, siempre es una oportunidad para trascender la separación, una llamada a la Unidad.

Este tiempo es también el tiempo del Amor, la forma natural de expresión del Ser, tiempo de dar y recibir, manifestación del movimiento de la vida, no existe vida sin intercambio dinámico, y por todo esto también es tiempo de celebrar.

Podríamos vivir estos días desde esa Conciencia amplia, más allá de lo que “debe ser”, y probar a acercarnos a esos encuentros sin pretender nada que no sea el estar ahí en ese preciso instante, desde la incondicionalidad que no espera nada, que no exige nada, sin guión previo, intentando estar fuera del condicionamiento, sin dejarnos hipnotizar por lo que la experiencia nos dice qué nos vamos a encontrar y… encontrarnos, y celebrarlo desde el corazón,……

 ¡¡Feliz Navidad!!

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