FLOTA EN EL AMBIENTE

Por pura observación nos damos cuenta de que hay algo en el ambiente  que  llega a nosotros y que nos impulsa a hacernos ciertos planteamientos. Podríamos llamarlo “los signos de este tiempo”.

Este es el tiempo de la responsabilidad frente a la dependencia. Estamos dejando atrás la infancia evolutiva, ese carácter dependiente que nos llevaba a esperar que de fuera vinieran las soluciones a nuestros problemas, de manera que cuando “el fuera” no respondía a nuestras necesidades nos sentíamos víctimas de las circunstancias

Ahora cada vez más personas descubren que sean cuales sean las circunstancias, lo que marca la calidad de sus vidas son las respuestas que dan, es decir lo que está haciendo que la vida tenga un color u otro depende de cómo estén respondiendo a las circunstancias que se les presentan, y empiezan a buscar soluciones distintas a sus problemas cotidianos.

Al hacernos responsables de nuestra vida dejamos de esperar que cambien las estructuras sociales, que “los que mandan” solucionen nuestros problemas. Por cada persona que se responsabiliza de su vida hay un hombro menos que sostiene el viejo sistema.

Este es el tiempo de la creatividad frente a la reactividad. Al descubrir nuestra responsabilidad, empezamos a ensayar nuevas posibilidades y despierta nuestro potencial creativo. La repetición y la reactividad son atributos de la mente y estamos trascendiendo el espacio mental. La mente pierde protagonismo y empieza a ocupar un lugar  (imprescindible) determinado en un espacio mucho más amplio.

Es el tiempo de los que cada mañana se levantan dispuestos a descubrir, a experimentar, a ensayar su cotidianidad.

Este es también el tiempo de la confianza frente al miedo. Cuanto más dependientes más miedo hay de que aquello de lo que dependemos falle, y esto ha sido bien explotado por el sistema que ha usado y abusado del miedo para mantenernos en donde conviene, tal vez haya sido necesario que así sea, pero ya no nos sirve.

Al responsabilizarnos de nuestra vida y descubrir nuestro potencial creativo, la confianza aparece para impulsarnos a probar, a creer en nuestras posibilidades. La confianza no necesita controlar (otro atributo de la mente), sino que es aquello que llena el espacio de incertidumbre.

Y este tiempo es, sobre todo, el tiempo del Amor Incondicional, esa fuerza sutil que es potencia, voluntad, amplitud infinita. Un Amor que nada tiene que ver con blanduras sentimentales, sino que es esa capacidad de aceptar la vida tal como es, sin juicios, sin “peros”, sin condiciones, donde todo cabe.

Somos Conciencia teniendo una experiencia, somos la Conciencia experimentándose a sí misma. Cuando comprendemos esto, la vida entra en una dimensión completamente distinta.

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