AMANECIENDO

Esta mañana, amaneciendo, miraba la ciudad desde un monte cercano, envuelta en la calma, con apenas actividad, contemplaba la inmensidad del paisaje, el mar al fondo, los colores despertando a la luz del día que nacía, los montes, el cielo, la brisa… un todo inmenso, perfectamente armónico.

La Belleza sosteniendo la ciudad.

Miraba las casas, cientos, miles de casas, y en cada una de ellas cientos, miles de personas con sus cabezas trabajando sin descanso, construyendo historias, universos privados de realidades personales aisladas… ¿Cuántos llantos?, ¿Cuántos dolores?, ¿Cuántas soledades estarán albergando esas casas, esas cabezas, en este mismo instante ignorantes de la belleza que los rodea, que los sostiene, que los acoge incondicionalmente?

Si fuéramos capaces de asomarnos un poquito más allá de nuestra pequeñez y nos atreviéramos a mirar la grandeza que nos envuelve, tal vez soltáramos un instante la ilusión de sentirnos manipuladores de la vida, poseedores del conocimiento de lo correcto, lo bueno y lo adecuado y así podríamos dar paso a la creación de algo nuevo, bello, vibrante, desconocido… eso que tanto miedo le da a esta pequeña mente controladora y repetidora.

Algo nos llama insistentemente hacia el presente, se nos pone delante una y otra vez la imprevisibilidad de la vida, se nos muestra el misterio en toda su magnitud, y la ilusión del control se desvanece.

Podemos vivirlo con angustia, con miedo, sintiéndonos víctimas de enemigos invisibles, o podemos sentir una gran liberación, confiando y soltando, contactando con la plenitud de la vida en el íntimo latido de este presente atemporal.

Estar más o menos vivo sólo depende de la cantidad de miedo que nos gobierne.

Y ahora, aquí, en este instante, sólo quiero dar las gracias a este bocado de conciencia que me permite mirar mi miedo, hacerle sitio y ver más allá, descubrir desde donde puedo mirarlo y quitarle el poder de decisión.

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5 respuestas a AMANECIENDO

  1. María del Mar dijo:

    Gracias Mati. Lo guardo para leerlo una y otra vez con la calma que se merece

  2. Ana Rebolloso dijo:

    Gracias Mati. Un regalo.

  3. Carmen Fachal Veiga dijo:

    Un privilegio leerte y releerte, testos llenos de luz. Gracias

  4. Ana Vega dijo:

    Muchas gracias Mati!! Merece leerlo despacito, y saborear y reflexionar sobre cada línea de este bello texto, todo un gran regalo! Un abrazo muy fuerte! ❤️

  5. Fanny Marín García dijo:

    Gracias….total gratitud, me sirve de campanita, en las historias de los mundos de mi mente!

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