LA ALEGRÍA

Esta mañana de primavera sin lluvias, oliendo a verano, con las hierbas altas y la tierra seca me ha hablado de la Alegría.

Mirando el paisaje, sentí la sed de la tierra y una sombra estuvo a punto de despertar toda una cadena de pensamientos catastróficos, pero en el momento justo, ahí al borde del camino, dispersas entre las piedras, discretas y pequeñas, unas florecillas de colores se movían despreocupadamente al ritmo de la brisa, repartiendo aromas y colorido en el tiempo que les toca, y entonces, recibí el mensaje, algo tocó mi corazón y me hizo comprender.

No son las cosas que ocurren o las cosas que hacemos las que nos dan alegría, sino lo que fluye a través de nosotros cuando hacemos o vivimos determinadas cosas en las que soltamos resistencias y estamos presentes, entonces la Alegría de Ser fluye a este mundo. No es una alegría estridente y jaleosa, es más bien un estado de paz jubilosa, de reconocimiento profundo de que todo está bien. Esta Alegría de Ser está en el núcleo de toda experiencia, es la semilla de plenitud que florece en todo lo vivido a fondo. Cuando la alegría surge en medio de la crisis, se integran los opuestos, se cierra un círculo.

El ser humano tiene la creencia profunda de que la felicidad está fuera y depende de unas condiciones determinadas sin las cuales es imposible la alegría, pero la experiencia nos dice que cuando una situación, por dura o difícil que sea, nos sirve para conectar con una dimensión de profundidad, nuestro sentir interno a pesar de las circunstancias es afirmativo, hay algo que nos hace “sentir bien”, una alegría serena que brota de otro sitio, que no tiene que ver con nada de lo que ocurre.

Si, ya sé, me diréis que una cosa son las florecillas del campo y otra muy distinta el mundo que nos rodea, lleno de dolor, de injusticias, de sufrimiento…. Y es verdad, ese es el mundo creado por esta humanidad perdida, eternamente descontenta, jugando al juego del olvido y buscando por todas partes lo que nunca perdió.

El reto es hacer sitio a la Alegría precisamente en este mundo, después de haber hecho un recorrido por la complejidad, volver a lo simple, y porque conocemos el dolor y lo hemos vivido a fondo podemos acompañar y aportar esa alegría serena que disminuye la carga.

La compasión es posible cuando reconocemos la humanidad compartida, el límite y el dolor, y a la vez somos capaces de reconocer la maravilla, lo trascendente, lo genuino, lo que no es transitorio. Sentimos el dolor, pero el dolor no es lo único, hay algo que no puede ser tocado por él.

La palabra ligereza va unida a la alegría, es una sensación de facilidad, de que nada pesa, es la consecuencia natural del SI a la vida. El secreto de la alegría, está en vivir totalmente lo que toca.

La alegría es contagiosa, es inocente y va de la mano del asombro y el asombro tiene que ver con el silencio.

Cada uno tiene que vivir su experiencia concreta, pero puede ser que alguno, al leer eso de que la alegría, la plenitud, la felicidad están disponibles ahora, justo ahora, en este momento, de repente se dé cuenta de que es así y tenga el regalo de un instante de lucidez que le permita abrir la puerta a la alegría y dejar de esperar a que las circunstancias cambien.

A mi me lo han regalado esta mañana unas florecillas de esta extraña primavera.

 

 

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8 respuestas a LA ALEGRÍA

  1. Reina dijo:

    Gracias, Mati. Me viene ahora, justo cuando más lo necesito

  2. Carmen dijo:

    Muchas gracias, magnífico testo.Siempre enseñándonos .Te necesitamos

  3. Yves dijo:

    ¡Benditas florecillas! la Alegría está en uno, basta con tener la mirada apropiada, libre. Gracias Mati!

  4. María jose dijo:

    Gruis Mati,gracias por contagiar tu alegria

  5. Carmen Gloria dijo:

    Que lindo !!! Que delicado !!! Gracias Mati , se siente ….

  6. mary Carmen Villafranca dijo:

    que alegria y positividad me ha traido este bonito articulo que describes con tanta sensibilidad y belleza al » hablarte las florecillas salvajes» sobre la Alegria, es cuandos sabemos soltar las resistencias y estamos presentes. Muchas gracias por compartirlo

  7. Rafa dijo:

    ¡Hola, Mati! Empatizo mucho con la experiencia, tan bien contada.

  8. Cristina dijo:

    Mati ,gracias por tus sabias palabras .Me han parado y me han tocado el alma . Te lo agradezco.

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