GENTE PEQUEÑA

«Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo»

Eduardo Galeano

Ante los grandes problemas del mundo nos sentimos impotentes. A base de recibir sin descanso por mil canales distintos, una información sesgada de lo que ocurre en el mundo, acabamos sintiéndonos insignificantes, sin posibilidad alguna de intervenir en ese mundo al que pertenecemos y que con tanta frecuencia sentimos abrumador.

Pero hoy  han venido esas palabras de Eduardo Galeano de la gente pequeña a tocar mi corazón.

Hay una fuerza empujando dentro, un poder y todo poder conlleva una responsabilidad.

Cada uno de nosotros tenemos un radio de influencia, nuestro entorno mas cercano, nuestro espacio laboral, el entramado social en el que nos movemos, y es nuestra responsabilidad construir ahí el mundo que nos gustaría. Cuidarnos y cuidar a los que nos rodean y la porción de naturaleza en la que vivimos.

Es nuestra responsabilidad no dejarnos aplastar por la tragedia, la impotencia o el derrotismo. Hasta en medio del caos podemos ser un remanso, una mano abierta, un corazón dispuesto.

Tenemos a nuestra disposición este día con todas sus posibilidades, si descubrimos que podemos elegir cómo vivirlo, habremos abierto la puerta a ese poder que nos habita.

No  tenemos que solucionar toda la vida, ni cambiar el mundo entero, solo tenemos que decidir vivir este día acorde con el mundo que nos gustaría habitar. Somos responsables de cómo vivimos, responsables de nuestro mundo, nuestro universo particular, que por cierto no está separado del resto. ¿Queremos un mundo mejor? pues entonces debemos preguntarnos ¿Qué estamos haciendo para hacer mejor el mundo en el que nos movemos? ¿Qué queremos movilizar? ¿Qué queremos construir?

Está despertando la fuerza de lo pequeño ¿Qué corrientes queremos alimentar?

Cada acción, cada pensamiento, cada pequeña iniciativa, cada cosa que hacemos o dejamos de hacer genera una onda expansiva de la que no sabemos su alcance, porque no sabemos a qué o a quién va tocando en su camino, ni como se propaga, ni hasta dónde. Las grandes distancias se cubren paso a paso, un solo paso en otra dirección cambia el destino.

Somos nosotros, la gente pequeña la que sostiene el mundo y somos cada uno de nosotros los que tenemos que decidir qué queremos sostener.

Hoy siento el poder y la responsabilidad de ser «gente pequeña» , y siento también que es hermoso si cada día al acostarme encuentro que he colaborado en hacer este mundo un poco más amable.

El momento es éste, ¡¡ADELANTE!! somos muchos.

¡Gracias!