CUANDO EN LA NOCHE NO HAY LUNA

¡Hay tantas cosas que no entendemos!

A veces el dolor oprime el corazón, queremos buscar razones, explicaciones, justificaciones, pero no sirven, el dolor no es razonable, simplemente duele.

La vida nos va poniendo desafíos, circunstancias, retos, acontecimientos, encrucijadas… A veces el camino aparece claro, iluminado, sólo es cuestión de elegir, pero en otras ocasiones, la noche es interminable y la mañana no termina de clarear como en la noche boreal, la oscuridad lo envuelve todo, no se distinguen caminos, no se entiende nada, ni dónde se está, ni hacia dónde se va, ni si hay caminos o no…. Entonces solo queda estar ahí y decir sí, un sí rotundo, total, sin esperanza en una luz futura, sin añoranza de una luz pasada, un sí completo a este paso que no se ve, que parece no llevar a ningún sitio. Un paso que ni siquiera es un paso, sino más bien una rendición en plena oscuridad, soltando toda resistencia, y dejarse caer en el abismo desconocido del que no vemos el fondo y en pleno vértigo, atreverse a sentir ahí el latido de la vida que vibra también en la noche que nos acerca al Misterio.

En lo oscuro se gesta la creación y también en lo oscuro se transforma lo creado.

Tal vez la oscuridad no sea más que el límite de nuestra visión, ahí hasta donde llega la Conciencia  explorándose a sí misma a través de esta forma. Una ceguera pasajera al no reconocer espacios nuevos, posibilidades inimaginables jamás formuladas en nuestro pequeño mundo y por eso tras atreverse a atravesarla en una total aceptación de no saber, se abren nuevos espacios, surge un nuevo horizonte, la vida renacida, transformada, vuelve a iluminarse en un mundo que vamos ensanchando, poco a poco, paso a paso, noche a noche.

¡Hay tantas cosas que no entendemos!

Esta entrada fue publicada en Blog. Guarda el enlace permanente.

2 respuestas a CUANDO EN LA NOCHE NO HAY LUNA

  1. maria dijo:

    Todo es una invitación para caminar. Estar disponible creo que es el reto.
    Gracias !!
    Mati

  2. Pués así me siento. Qué agradecimiento siento al saber qué en mi caminar puedo mirar las huellas de otros pasos.
    Un abrazo
    Olga desde Barcelona

Deja un comentario