Cuando la luz empieza a decrecer comienzan los preparativos para volver a casa. El crepúsculo activa una llamada de aviso “Ve terminando las tareas, se acerca la hora de volver”.
El inicio de la noche invita a la confidencia, a la intimidad, al silencio, a la escucha. Es un momento propicio para el encuentro antes del descanso.
Cuando había noche, se contaban historias antes de dormir, se daba la oportunidad de abrir el corazón, de reír, de compartir silencios, de asomarse a lo trascendente, de soltar para ir ligeros al sueño… (tal vez nos quede el recuerdo y por eso ahora buscamos la película o la serie que ver en alguna de las múltiples pantallas que nos rodean).
Pero hemos creado una civilización sin noche, y por tanto sin historias contadas, sin confidencias, sin ventanas a la trascendencia… apenas baja la intensidad del sol se empiezan a encender luces por todas partes haciendo como si la oscuridad no estuviera, continuamos con la actividad propia del día en lugar de parar y seguimos creando ruido y corriendo hacia fuera en lugar de ir entrando en el silencio y volviendo hacia dentro.
A base de iluminar la noche acabamos creyendo que no existe y con ella creemos desterrar también toda oscuridad del alma como si con nuestras bombillas pudiéramos disolver el Misterio.
Iniciamos así una huida eterna pretendiendo escapar de la oscuridad como quién decide viajar siempre hacia el oeste para que no le alcance la noche… pero la noche nos sigue implacablemente y nos alcanzará sin remedio en cuanto nos paremos.
¡Cuántas ansiedades, cuántos desvelos, cuánto cansancio genera la huida! ¿Por qué no ir hacia la noche, meternos en ella, entrar en su profundidad…? Hasta descubrir que empieza a amanecer.
Los que conocen la noche, saben esperar, comprenden el sentido profundo de la confianza, son humildes porque se han vivido frágiles y poderosos porque han enfrentado sus miedos y son, sobre todo, compasivos en el más profundo sentido de la palabra.
Y es que cuando se atraviesa la noche se amanece en el Amor.
—————————————————————————¡¡¡ADELANTE!!!
———————————————————————————————¡GRACIAS!
Qué belleza. Gracias por recordarnos que la noche existe para conducirnos al amanecer.