Hay una vida pensada que a veces se hace terriblemente pesada, girando en interminables bucles que no llevan a ninguna parte.
Hay una vida pensada que alimenta la intensa búsqueda de ese modelo ideal inalcanzable, hecho de cosas que tienen siempre los otros, de pegajosas ideas, porciones de vida congelada que alimentan ese pequeño yo insistente y machacón que busca ser el centro todo el tiempo, y sufre y se compara, y anhela y desespera, y guarda y desconfía y se raciona el gozo y carga con la culpa y vive temeroso el nuevo día, y de tanto que sabe…. se hastía….
Hay una vida pensada, pero yo quiero bajar de la cabeza al corazón y sentir la vida en directo, abrazar los nubarrones, ponerme disponible y entregarme, abrir los ojos al asombro y ampliarme.
Quiero aligerar la vida, volver a lo simple, a la sonrisa franca, a la alegría inocente sin estridencias, a la curiosidad sana y la despreocupación sabia, al asombro espontaneo a la entrega sincera y callada…. A la vida vivida.
Y en la hora callada de la madrugada, cuando vuelvo a este mundo y el silencio me arropa y la quietud todavía acuna mi alma, abrirme a la vida sin saber nada.
Graciassssss Mati…. por sintonizar mi corazón con la vida comprometida a Ser y desde ahí dejarse llevar por los ritmos armónicos pasó a paso desde la quietud y la presencia del día a dia….. Graciassssss desde lo más intimo COMPAÑERA DE CAMINO….. Un abrazo de Mati
Gracias, Mati por esto que has escrito dedicado a la vida pensada,una vez más me llega al corazón.Un abrazo
Me encanta tu blog y me ha gustado especialmente este texto. Gracias por compartirlo con nosotros