SOBRE EL MIEDO

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El miedo es la constante de la conciencia de separación. Cuanto más dependientes, más miedo, porque aquello de lo que dependo puede fallar. Y cuanto más miedo más dependencia. Se retroalimenta.
Así que se generan situaciones de miedo y aumenta la dependencia.

Cada cierto tiempo aparece una amenaza terrible, la tercera guerra mundial con las armas nucleares que pueden destruir el mundo en un momento, el sida, un ataque terrorista, la gripe A, la crisis y el final de los recursos del planeta, el ébola…. La invasión de los extraterrestres… el motivo da igual, lo que importa es el miedo que genera porque nos hace aislarnos, el miedo nos lleva a desconfiar del que tenemos al lado, el vecino puede ser un terrorista o el portador de un terrible virus, el enemigo puede estar en cualquier sitio, la vieja conciencia se fortalece y como somos más dependientes esperamos que nos salven y aceptaremos cualquier cosa que nos vendan como protección.

Este es el modo que tiene de funcionar el viejo estado de conciencia, y es totalmente coherente, es perfecto, pero ahora la humanidad está cambiando y cada vez tiene más presencia un nuevo estado de conciencia, una conciencia de unidad cuya constante es el Amor, la incondicionalidad y aquí el miedo no se sostiene.

Desde este estado de conciencia no hay necesidad de defenderse porque no hay separación así que simplemente lo amamos y amarlo significa no juzgarlo y ver su perfecta coherencia ahí donde se manifiesta, aunque no condiciona mi vida, no entro en su juego, en su dinámica, ni tampoco me opongo, ni me defiendo, ni me enfrento. Como dice Hawkins “Todo lo que vemos en el universo está en proceso de devenir. En este proceso su perfecta evolución es parte de esa perfección. Así la flor a medio desplegar no es una flor imperfecta que necesite defensa. Por el contrario, su floración se está produciendo con perfección precisa de acuerdo con las leyes del universo”.

De la misma manera, la sociedad expresa todo el proceso evolutivo de la conciencia humana y ver y amar “lo que es” permite que aquello que se expresa desaparezca sin residuos.

La sociedad está drenando los miedos inconscientes de miles de años de separación, y éstos irán desapareciendo a medida que vaya habiendo un estado de conciencia que los sostenga, sin alimentarlos ni rechazarlos.

No necesitamos atacar ni defendernos de ninguna amenaza, ni buscar víctimas ni verdugos, culpables o inocentes, sólo tenemos que vivir nuestro día a día con una exquisita coherencia, y amar lo que es.

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